Cojo tu mano y la pongo sobre mi mascara,
esa mascara que deja ver las cicatrices,
que no las alcanza a cubrir
Y que me gusta enseñarlas
Que no son de guerra y tampoco son de amor
Que no precisamente dejan una enseñanza
Que no intuye ni si quiera una añoranza
Que la fe, que la única forma de fe, es la de las aves
De las aves que antes del amanecer cantan esperándolo
Dispuestos un día más a volar... otros a salir del nido
Otras a caer del nido y caminar
Y otras a tal vez ser comido por algún felino
¡Pero eso es fe!
Entonces ahora te tomo por la espalda
Te cubro los ojos de tu antifaz
Y te ves en un mar
En espejo convexo donde los sueños y el tiempo hacen curva
Para perder la temporalidad, y se estrechen para viajar con la luz
Y todo en aquel mar, ese mar que a veces la luna agita
Ese que se hace tormenta y después excita
Entonces te ves en la hamaca
Te ves meciéndote lento, con café de olla
Pero también te ves corriendo al mismo tiempo en el jardín
Y al mismo tiempo en la pose mecedora, te acercas como a un espejo
Donde ese salivoso beso, de azúcar y manos de tierra mojada
Te abraza para decirte ¡Abuelo!, y te das un gran abrazo,
Para así después decirte a ti mismo con la altura de 65cm
¡Cómo te falta aun vivir...!
Entonces veo todo el camino recorrido a tu lado
Pero...
Pero tú nunca fuiste la misma fueron varias que hacen una misma
Lo recorrí contigo, aunque siempre fueron distintas
Fueron lo que quise que fueran,
Como cada una de ellas que viajaron en el mismo camino
Un camino que en ocasiones marcaba el paso
Y en otras te dejaba entrever muy lejos del otro lado.
Y como siempre lo hecho con los zapatos...
Hoy solo bebo té y bebo flores
Hoy duermo sobre el techo, con mil amores
Y cruzo 54 km para verte aunque aun no me conoces